EL CORAZÓN DE LAS COSAS

Cuando uno quiere crecer y aprender, el requisito primero es estar bien dispuesto, estar abierto a conocer algo diferente y permitirle a ese algo instalarse en nuestra alma el tiempo suficiente como para poder evaluarlo a conciencia.

Si a la segunda hoja de un libro lo abandonamos porque no nos resulta interesante, estamos apresurándonos. Si escuchamos un nuevo tipo de música por cinco minutos y no nos gusta… bueno, en realidad no sabremos si nos estamos perdiendo algo bueno o no. Hay que darle más tiempo.

En el jazz los temas generalmente duran más (y a veces mucho más) de 4 minutos. A veces los primeros treinta segundos no son muy impresionantes o muy hermosos. Es que en el jazz, más que en otros estilos, todo en la música se trata de sensaciones y de dinámicas. Cuando escuchamos algunos temas muy bien tocados, nos parece estar viajando con los músicos por esas dinámicas y sintiendo la evolución de su sentir con el pasar de los minutos. Como tiene mucho de improvisación, los momentos más sublimes se dan cuando la inspiración ha llegado al punto máximo y cuando los participantes en la creación han encajado perfectamente unos con otros.

Este disco que les presento aquí ilustra tres puntos para mí importantes:

Por un lado, la evolución de los temas en el tiempo. Por otro, la evolución de los propios músicos con el correr de los años. Y en tercer lugar, y para mí lo más interesante, es la enorme importancia de estar abiertos a recibir y, al respecto de la música, a escuchar, sin prejuicios.

Yo había escuchado solamente un disco de John McLaughlin. En su momento lo escuché y me gustó, pero un buen día me aburrió. Sin embargo, cuando este segundo disco fue puesto en mis manos, mi actitud fue de regocijo y curiosidad absoluta. Y me alegro de haberle dado la oportunidad porque me sorprendió felizmente y es un disco que me deleita los sentidos con asiduidad.

También Dennis Chambers me demostró algo nuevo. Yo lo vi en vivo en una oportunidad y me impresionó por varias cosas que no fueron exactamente su sensibilidad. Sin embargo, en este disco, lo que toca es maravillosamente sensible. Hay momentos, por ejemplo, en que el sonido de su plato ride me fascina. Por supuesto su técnica y velocidad son admirables, envidiables y todos los adjetivos positivos y aumentativos que se pueda encontrar, pero lo que rescato en este disco es justamente su sensibilidad y buen gusto. Me encantaría saber si coincides conmigo o piensas que estoy delirando.

Ah! Si eres de los que te prendiste al blog para entrar de a poquito al mundo del jazz, seguro que no tienes idea de qué estoy hablando. ¡Perdón! Cada tanto me van a pasar estas cosas, pero tú cada vez estarás más por dentro y entenderás más 🙂

Aquí está la lista de músicos y los temas del CD.

Bajos: Matthew Garrison
Batería: Dennis Chambers
Guitarras eléctricas: John McLaughlin
Percusión: Victor Williams
Saxo tenor y soprano: Gary Thomas
Teclado: Otmaro Ruiz

Temas:

1. Seven Sisters (8:30)
2. Mother Tongues (12:57)
3. Fallen Angels (10:33)
4. The Divide (16:41)
5. Tony (13:56)
6. Acid Jazz (14:53)

El salto entre el CD anterior de Spyro Gyra y este es un tanto abismal. Pero como se trata de abrir la cabeza y recibir cosas diferentes, yo te sugiero que lo recibas en tu alma un ratito y veas qué sucede. Y si hoy no sucede nada, por las dudas guárdalo para el futuro.

Si en el otro CD te costó escuchar el bajo, en este te va a ser mucho más fácil identificarlo. Por ejemplo el tema 4, The Divide, es un tema donde el bajo se oye muy pero muy bien.

En caso de que tengas tu corazoncito rockero, no dejes de escuchar el último tema.

El sonido de todo en este disco es especial y la participación de todos los instrumentos (instrumentistas) es exquisita (la percusión en el momento justo, el piano super delicado, el saxo y la guitarra perfectos. En fin, me gusta mucho, por eso lo comparto.

En mi caso, yo tengo música que me gusta escuchar a determinada hora y que me molesta a otra, música para determinados días de la semana, música para los días de sol y para los días de lluvia. Este CD, “The Heart of Things”, es de los que escucho de noche y entre semana.