De Espinas y Flores – Carmen Pi y Gustavo Reyna

Aquí es sábado de noche, de una semana tremendamente exigente en todo sentido, y tuve la bendita buena idea de ponerle «play» al video en Youtube que se titula como esta entrada. ¿Escucharon esta belleza sideral?

¡Hacía tanto que venía esperando tener el tiempo para esto! Y como no llegaba más, y gracias a mi querida intuición, hoy, con un gran agotamiento encima, puse «play».

Hace rato que perdí la objetividad con esta mujer divina, porque además de amar su música, la quiero mucho a ella. Así que desde un lugar archisubjetivo, escribo estas palabras, seguramente torpes, para compartir y decirles, de corazón: disfruten este masaje al alma.

No les quiero estropear la sorpresa a quienes aún no lo hayan escuchado. Para mí fue hermosa la experiencia de que fueran apareciendo las joyitas sonoras, sorprendiéndome en cada track, así que si quieren, paren de leer, pongan «play», cierren los ojos… y permítanse viajar. Permítanse mimar… permítanse soñar y volar a un espacio sin tiempo, o a un espacio multitemporal y multiespacial.

La voz de Carmen a mí me hace de trapo. Su registro me encanta… se ve que tengo una cantidad de células a las que les gusta vibrar en esa misma frecuencia.

En este disco, además, todos los sonidos y no solo la voz tienen una textura especial.

Los hechiceros que hacen la magia con ella (¡y cómo!) son otros músicos enormes, genios increíbles: Gustavo Reyna en el archilaúd, Gastón Gerónimo en violín moderno y barroco (tracks 03, 04, 11, 12), Nicolás Ibarburu en guitarra y voz (tracks 07, 11 y 12), Diego Carbonell en laúd y guitarra (tracks 09, 10, 11 y 12) e Isabel Barrios en voz (tracks 10, 11, 12).

Es muy sorprendente que fue grabado en vivo (en la Sala Hugo Balzo, en 2018). Suena tan impecable que si no te cuentan que es en vivo, no podrías adivinarlo. La sabiduría de Gastón Ackermann y su estudio Mastodonte seguramente hayan influido en este producto impecable.

Las canciones forman un tapiz hecho de composiciones uruguayas de los últimos 40 años y obras compuestas en los años 1700 y 1800. Algo que dicho así parece raro y difícil se despliega con total naturalidad y belleza. Cosas que solo músicos muy genios pueden lograr.

En Carmen se combinan muchas características que permiten una obra como esta, a saber: su formación musical clásica, su experiencia con la música popular uruguaya, su habilidad para versionar, su buen gusto compositivo y esa voz bellísima, con la que hace lo que quiere.

Quienes la acompañan lo hacen con exactamente la misma intención, el mismo detenimiento, cuidado y amor que su voz.

Me llamaré a silencio porque no quiero que usen ni un minuto más de su tiempo de vida para leer este palabrerío. Es momento de usar los oídos y dejar que el corazón sea feliz con esta hermosura.

Abrazos, y un brindis por la música: la de Carmen, la de Cabrera, la de Eduardo Mateo, la de Nico Ibarburu… y la de quienes vivieron hace 300 años. De otra forma este planeta sería inhabitable.

Patricia

PS: El 21/9/19 se presentan en El Solís!!! (Sala Zavala Muniz)