COSSI: una banda para escuchar

COSSI_Tractatus_nov_2017_foto_soledad_avila

 

Los integrantes son:

Carlos Cossi: composiciones, voz y guitarra

Waldo Melgar: bajo eléctrico

Pablo Nión: batería

Nacho Imbellone: guitarra eléctrica

También estuvieron de invitados:

Dany López: teclado y guitarra (Productor del disco de COSSI que está por salir)

Carmen Pi: voz

Fernando Cortizo (telonero)

La noche abrió con Fernando Cortizo tocando algunos de sus temas, a quien también escuché por primera vez. En ese contacto relativamente fugaz, lo sentí cómodo y cercano, con un sonido nítido de guitarra y con un toque muy rítmico e interesante.

Luego comenzó el show de Cossi. No con afán de etiquetar sino con el interés de ubicar estilísticamente a quienes no los han escuchado, cuento que es una banda de rock. El sonido general tiene algo de rock inglés, aunque tiene algunos ingredientes de latitudes más cercanas. Como buena parte de la música uruguaya tiene ese no sé qué ya conocido y ese otro no sé qué nuevo e intrigante.

Una de las cosas que más admiré fue lo empastados que suenan, siendo que son una banda que está empezando (este era uno de sus primeros toques en vivo).

La batería (Pablo Nión) y el bajo (Waldo Melgar) tienen, para mi deleite, una presencia destacada y desde el mejor lugar: la contundencia del sonido, la confianza y el engranaje cómodo entre ambos. A esta dupla potente se suma Nacho Imbellone con un sonido poderoso y con unas intervenciones especiales que dan tremenda fuerza y riqueza musical.

Todos los temas son de Carlos Cossi, quien me sorprendió en varios sentidos. Por un lado, los temas están buenísimos. Bueno, nobleza obliga, a mí hay uno que no me gusta, pero que de una banda de rock haya un solo tema que no me guste es que la banda me gusta un disparate. Son temas con la elaboración justa, con melodías no tan predecibles y amigables, y con un aprovechamiento de cada instrumento que me pareció ideal. Por el momento los dos temas que más me conmovieron fueron “Diez mil pies” y “Cinemascope”, aunque hay otros como “Espía” que me llaman mucho la atención. Por otro lado, Carlos Cossi canta requete bien. Tiene una cualidad maravillosa: canta cómodo, sin estrés aparente, y ¡proyecta su voz con confianza! Cómo se agradece esto último desde la butaca. Es eso que si no está, le quita buena parte del disfrute a la experiencia musical. Carlos canta para compartirse, para realmente llegarle al otro y, encima, canta bien. Por eso les digo, de verdad: estén atentos a COSSI y vayan a escucharlos, que está buenísimo lo que hacen.

Dany López contribuyó tanto con el teclado como con la guitarra y con la voz. Disfrutó muchísimo y metió gozadera a full, aquí y allá, en cada tema. Su versatilidad musical no deja de asombrarme. Lo vi dos veces esta semana y lejos de repetirse, se adaptó como un guante a ambas propuestas, que no eran similares.

La genia de Carmen Pi fue invitada en un tema. Cantaron con ella el tema “Completely Wasted”, de Dany López. Fa, fue un momento potente, superlativo. Carmen Pi y Dany López generan algo especial juntos y las voces de Carmen y Carlos son muy compatibles. Este es un temazo de López que si el mundo fuera justo, ya estaría entre los número más altos de los charts internacionales. Es una canción que me tiene agarrada por completo durante todo el tema y que cuando termina, indefectiblemente, quiero que empiece otra vez.

Waldo Melgar me fascinó con el bajo eléctrico. Es la primera vez que lo veo en vivo y ya lo puse en la lista de bajistas a tener en cuenta para ir a escuchar. Toca con alegría y con creatividad y, lo menciono de nuevo, con el baterista hicieron una dupla muy genial. Waldo también hizo algunos coros que quedaron buenísimos. Para mejor, contribuyó con una actitud distendida y alegre, que generaba una buena vibra general.

Detrás del escenario hubo proyecciones. Vengo deteniéndome en este tema pues lo siento delicado: si son pocas, quedan descolgadas; si son demasiadas, la atención se dispara para ahí y lo musical pierde protagonismo. Las proyecciones estuvieron bien elegidas y dosificadas. En definitiva, fueron un condimento que además de aportar estímulos visuales, hablan de los intereses del compositor y a los que tenemos más de cuarenta años nos genera un acercamiento emocional nada menor.

La iluminación del toque fue especialmente buena. Como público a veces me incomoda que los focos me den de lleno en la cara pero el juego de luces, a pesar de tener eso cada tanto, estuvo creativo y realmente le aportó belleza de ambiente y de color.

El sonido de la sala de Tractatus estuvo bien también y la sala en sí es cómoda y de un tamaño ideal para bandas que estén comenzando. Anoche estaba llena con un público por demás colaborador, respondió algunas preguntas que les llegaban del escenario y también acompañó efusivamente con palmas.

Fue un toque sorprendentemente disfrutado para ser una banda que casi no se conoce y cuyos temas estamos empezando a incorporar. Habrá que seguir yendo a verlos, porque si arrancan así, dentro de un par de años van a ser algo increíble.

Foto de portada: gentileza de Soledad Ávila