Scott Henderson: Más que jazz fusión, fusión nuclear

SCOTT HENDERSON TRÍO:

Scott Henderson en guitarra

Travis Carlton en bajo

Alan Hertz en batería

(Agradecimiento especial a Cooltivarte, para quienes escribí esta crónica, y a Martín Pereira, por cederme algunas de sus fotos).

 

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La fusión nuclear es la reacción nuclear producida por la unión de dos núcleos atómicos ligeros, que da lugar a un núcleo más pesado, con liberación de energía. La única diferencia con lo que pasó en La Trastienda el domingo 8 de noviembre es que los núcleos eran tres, y que había una gran cantidad de partículas satélites, también conocidas como “la audiencia”, ávidas receptoras de esa energía liberada, que al terminar el toque no podían quedarse quietas ni un instante.

El sonido estuvo impecable, cosa que agradecí enormemente porque nos permitió viajar vibracionalmente al planeta Henderson… del cual, pasados 3 días, algunos todavía no volvimos.

Arrancaron con una versión de All Blues y dos minutos más tarde ya nos tenían a todos con la boca abierta, los oídos fascinados, los ojos desorbitados, las piernas moviéndose, los corazones al galope y el cerebro y el estómago en alineación de éxtasis.

Varios de los temas que tocaron fueron de su último disco, que se llama “Vibe Station”. Scott preguntó si alguien lo tenía y, al parecer, una persona sí. Dijo que haríamos bien en comprarlo y creo que tiene razón. Pueden escuchar unos segundos de cada tema en su página web: http://www.scotthenderson.net/vibe_station.htm

Suelo tomar notas durante los toques para poder recordar algunas cosas. A veces son algo raras, por ejemplo porque a muchas las escribo a oscuras, pero esta vez me parece que me pasé un poco con el delirio. Eso habla del toque y del estado de alteración en el que estaba. La más clara y explícita de todas es esta, así que saquen la cuenta de lo que son las otras. Es que cuando se está sintiendo demasiado, no se puede pensar muy claramente.

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Esto es algo que sonó muy pero muy fantástico. En uno de los temas, Hertz tocó, en forma sostenida, la segunda corchea del cuarto tiempo en el tambor, lo que se llama “el 4y” o “la y del 4”. Bob Moses dice en su libro “Drum Wisdom” que la “y” del tiempo 2 y del tiempo 4 “generan como una expansión, hay un estiramiento, una inclinación hacia adelante”. En este caso particular, ese golpe–esa nota–le daba una sensación impresionante de continuidad sostenida, como si al hablarte te agarraran del cuello de la camisa y te dijeran “… y, …. y, ….y”. O sea: ¡No tenés otra que seguir prestándole toda tu atención a lo que tienen para decirte! ¡Y las ganas de bailar que me dieron fue algo muy fuerte! El bajista y el batero te generaban la desesperación por salir a moverte, bailar o saltar. La guitarra le daba un sentido muy profundo y sentido a ese festejo. En muchos momentos ese sentido era desgarrador, doloroso por completo, pero con una actitud general que yo traduzco como “vamo’ arriba; esta es la realidad; se encara; se sigue; y se vive a tope porque eso es lo que hay para vivir”.

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Por momentos Scott me resultó verborrágico pero lo que me sorprendió fue notar que en esa gran producción de sonidos me pedía el cien por ciento de mi atención, que eso de a ratos me resultaba un poco cansador y que, sin embargo, inclusive notando ese cansancio, yo me decía: “dame más, quiero más, me gusta, seguime enloqueciendo por favor, no vayas a parar”. Sus frases tienen una combinación de acordes diferentes y melodías interesantes, inclusive cristalinas o súper dulces por momentos. Tiene mucho para decir y tiene gran capacidad musical para hacerlo.

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Scott Henderson comenzó su camino musical escuchando (y tocando de oído) blues rock. Cada una de las notas que ese hombre toca está sentida desde las vísceras y tiene la particularidad de sostener mucho cada nota, característica bastante típica de los buenos músicos de blues. Entonces, la combinación de todo ese sentimiento y la duración del sonido tienen un efecto tan desgarrador como estimulante.

Henderson nació en 1954 y recién por 1980 fue a estudiar música (jazz) a la universidad Florida Atlantic University. Entre otros, tocó con el Zawinul Syndicate, con la Chick Corea Elektric Band y con Jean-Luc Ponty. Lo que se oye en su música es la garra bluesera neta y su gran dominio del lenguaje del jazz, junto con la polenta típica del rock y un groove netamente funky. La fusión de Henderson es una fusión de todos esos estilos musicales. “Las notas que toca son especiales”, le dije a un guitarrista amigo al salir del toque. “Es que usa escalas menores”, me explicó. Resulta que gracias a ese diálogo me picó fuerte la curiosidad de cómo Henderson logra ese efecto.

Hasta donde sé, en una escala menor lo que sucede es que el tercer grado se baja un semitono (en la notación esto se hace con un bemol) y por lo tanto entre el segundo y el tercer grado en lugar de haber un tono hay un semitono, y luego entre el tercero y el cuarto, en vez de haber un semitono hay un tono. Esta modificación de distancias es en buena parte responsable del estilo musical de este guitarrista increíble. Ese uso de las escalas menores genera una sensación muy diferente en el oyente.

Otra cosa que hace es no tocar algunas notas de la escala y esa ausencia genera un impacto muy potente. También juega, en los compases de 4/4, con hacer una especie de circularidad de los licks formados por 7 corcheas en lugar de 8 y repitiéndolos, con lo cual la frase va desplazándose en el compás de 4/4 y genera esa impresión de nunca haber oído nada parecido. Me parece que eso genera esa obligatoriedad de atención continuada y ese subidón de energía que es algo notorio escuchando a este hombre.

Otra peculiaridad es su manejo de la barra de trémolo. La tiene casi permanentemente agarrada y la utiliza muy pero muy seguido para zambullirse profundamente en las notas o, como diría mi amigo Julio, para revolverte el puñal que te clavó instantes antes. Vi un video suyo donde explica que él admira a los músicos que tocan con la técnica slide pero que él es muy malo tocando con slide, así que genera ese efecto con la barra de trémolo.

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Este músico tan particular se encontró dos compañeros de ruta que lo acompañan perfectamente en su viaje relativamente ecléctico y absolutamente personal.

Travis Carlton en el bajo nos regaló un desborde de swing y una capacidad para mantener el tempo de manera absolutamente inamovible, fuera lo que fuera que estuviese sucediendo con los otros dos. Me impresionó lo que tocó en el tema Black Market (de Weather Report). La melodía fue responsabilidad del bajo casi todo el tiempo, mientras que Scott y Alan hacían cualquier delirio. La batería, por ejemplo, durante su solo, fue cambiando de divisiones, de métricas, dando la impresión absoluta de ir cambiando de tiempo también, y el bajo, cual pared de hierro, ahí seguía firme. Ese momento generó una sensación muy loca en el cuerpo. En el cerebro no porque ya estaba partido en mil pedacitos. Creo que fue en Black Market que la guitarra hizo un solo muy extenso y el baterista lo acompañó casi íntegro únicamente con el redoblante, tocando rulos con diferentes acentuaciones. Hubo momentos como este en que la creatividad se volvió abrumadora.

Volviendo a Travis (hijo nada más ni nada menos que de Larry Carlton), me hizo pensar que esa aparente pachorra que tienen los bajistas debe ocultar toda una revolución interior, porque para tener el groove que tiene, ¡la sangre le tiene que estar hirviendo!

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Y mirando por un instante más a Hertz, me partió la cabeza lo siguiente: sabemos que la batería es varios instrumentos en uno solo, ¿cierto? Pero como el instrumentista es el mismo, suele suceder que hay una intención parecida en el toque de cada una de las partes. Este hombre tocó el bombo más decidido que he escuchado en mucho tiempo, con un volumen fuerte y con una definición clarísima. Mientras tanto, el Hi-Hat sonaba con la mayor suavidad y dulzura que se puedan imaginar y el toque en el tambor, el backbeat, era notablemente funky y groovoso. Una combinación absolutamente genial ante la cual hay que sacarse el sombrero y hacerle una reverencia. A su vez, cuando Scott soleaba, Alan dialogaba y jugaba con él con tremenda calidad y libertad.

Cada vez me gusta más escuchar música hecha por tipos con experiencia de varios años. Travis Carlton es inexplicable, porque es jovencísimo para tener ese dominio arrollador, pero pienso que el aplomo impresionante de Henderson para tocar algo con tal nivel de energía solo es explicable por la trayectoria de muchos años tocando con músicos de primer nivel. Y Alan Hertz no se quedó atrás en este aspecto.

El trío en sí es muy bueno porque ninguno de los tres sobresale por encima del otro. Hay una creación auténticamente conjunta y hubo un momento que para mí fue especialmente movilizante que fue la sucesión de un solo de bajo con un solo de batería. Sobre el final del solo de bajo entró la batería, con muchísimo gusto musical y luego siguió el solo de batería. Lo que me gustó fue esa combinación de un solo después del otro y especialmente la transición. El solo de batería de ese preciso momento fue lo único de todo el toque que no me gustó, porque no lo encontré muy musical que digamos. Fue más bien un show de rulos y palazos para impresionar, pero obviamente no porque no pueda hacer un solo magnífico. Debe haber sido una mala elección del momento, nomás. O quizás él también necesitaba sacar algo de esa energía que nos venía sobrepasando a todos. Pero esta crítica no es más que para dejar constancia de que algunas cosas no nos impresionan como se espera, porque en todo el resto del toque demostró un buen gusto indiscutible, un dominio admirable de las polirritmias y una capacidad especial de orquestar en la batería lo que fuera que se le ocurriera para acompañar creativamente los pasos del bajo y la guitarra.

Alan Hertz tiene una gran trayectoria, tocando con varios músicos y hasta el momento él formó dos bandas con músicos que tienen experiencias musicales bien interesantes:

KVHW: Ray White en voz (Frank Zappa), Bobby Vega en bajo (Sly Stone, Etta James, Tower of Power), Steve Kimock en guitarra (Zero , Phil Lesh, Micky Hart) y Alan en la batería.

Garaj Mahal: Kai Eckhardt en bajo (John Mclaughlin, Trilok Gurtu), Fareed Haque en guitarra (Joe Zawinul, Sting), Eric Levy en teclados (Quincy Jones, Night Ranger) y Alan en batería. Garaj Mahal tocó durante 9 años y grabaron 11 discos.

Actualmente toca desde hace varios años con el Scott Henderson Trío y también con el Michael Landau Trío.

Como dije al principio, a la salida del show nadie podía estarse quieto. Todos hablábamos en demasía, nos movíamos de un lado para el otro y tratábamos de poner en palabras la revolución energética que sentíamos en nuestras células. Qué gusto enorme haber vivido esta experiencia. Ojalá vuelvan pronto.

 

Posdata:

Al leer mi crónica, Alejandro Pacello, guitarrista con quien estuvimos hablando después del toque, me explicó lo siguiente y más vale aclararlo, no sea cosa que ustedes quieran sonar como Scott y no lo logren por culpa mía.

«La escala que te comentaba yo es una escala menor que se llama melódica, que es una escala menor pero que tiene 6ª mayor. Visto de otra manera es como una escala mayor pero con 3ª menor, que es una escala que tiene un sonido muy particular, diferente a la escala menor natural o a la escala menor armónica, esta se llama melódica.

La diferencia con las otras dos escalas menores típicas es que la menor natural es simplemente una escala con 3ª menor. La escala menor armónica es igual a esta solo que con 7ª mayor (tónica, 2ª, 3ª menor, 4ª, 5ª, 6ªbemol y 7ª mayor).

Y la que usa más Scott Henderson es una escala que es: tónica, 2ª, 3ª menor, 4ª, 5ª, 6ª justa (6ª mayor) y 7ª mayor, y eso es lo que le da un sonido muy particular. Él la mete hasta en un blues esa escala.

Por supuesto que hace otras cosas, pero esa escala es uno de los elementos principales en su estilo. Y es sumamente importante tanto en la construcción de melodías como en la construcción de acordes».

Ahora sí me puedo ir a dormir tranquila. 🙂